A 30 AÑOS DE LA MUERTE DE UN GRANDE, FREDDIE MERCURY
El 22 de noviembre de 1991, Freddie Mercury llamó al mánager de Queen, Jim Beach, para discutir un asunto. Al día siguiente, se realizó el siguiente anuncio a los medios en nombre del cantante:
«Siguiendo la enorme conjetura de la prensa de las últimas dos semanas, es mi deseo confirmar que padezco sida. Sentí que era correcto mantener esta información en privado hasta el día de la fecha para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado la hora de que mis amigos y seguidores conozcan la verdad y espero que todos se unan a mí y a mis médicos para combatir esta terrible enfermedad. Mi privacidad ha sido siempre muy importante para mí y soy famoso porque prácticamente no doy entrevistas. Esta política continuará».
El 24 de noviembre de 1991, un día después de dar a conocer su enfermedad al mundo, de reconocer los rumores que circulaban hacía años, Freddie Mercury murió en su cama. Tenía, apenas, 45 años. Freddie dejaba un legado tan grande que aun hoy, 30 años después, cuesta dimensionarlo en palabras.
La última aparición pública de Mercury había sido el 18 de febrero de 1990, para la gala de los premios Brit de ese año, con la cual se galardonó a la banda por su contribución a la música británica. En la gala se apreció a un Freddie delgado y con aspecto demacrado. El discurso fue dado por Brian May, mientras que él se limitó a dar las gracias.
Pese a que su salud empeoraba con el tiempo, Queen grabó el que sería el último disco de la banda, Innuendo. El álbum salió al mercado en febrero de 1991 y la ausencia de Mercury en la fiesta por el lanzamiento del álbum solo hizo que los rumores sobre su salud siguieran en aumento.