A pocos días del inicio de los Juegos Olímpicos, la ministra de deportes de Francia, Amelie Oudea-Castera, confirmó una polémica decisión: ninguna de las atletas musulmanas que representen al país podrá utilizar el hiyab, el velo que cubre la cabeza y el cuello de las mujeres musulmanas.
Esta medida provocó una ola de críticas por parte de organismos internacionales como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la ONU, quienes señalaron la discriminación implícita en esta prohibición.
A pesar de las protestas y críticas, Francia, el país organizador de los Juegos Olímpicos, se mantuvo firme en su decisión. Según la ley francesa, el Estado debe mantener la neutralidad en asuntos religiosos y garantizar la libre práctica de la religión en privado, aunque se prohíbe en ciertos contextos como este.
En contraste, el Comité Olímpico Internacional (COI) permitirá que las deportistas lleven puesto el hiyab dentro de la Villa Olímpica. El COI destacó que la medida impuesta por Francia está fuera de las competencias de carácter olímpico: “La libertad de religión es interpretada de formas muy distintas por los diferentes estados. Para la Villa Olímpica se aplican las normas”.
Fuente canal12misiones.com