La skater brasileña Rayssa Leal hizo historia en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. No sólo fue una de las primeras en inaugurar esta disciplina en la cita olímpica, sino que también se convirtió en la medallista más joven de Brasil con ¡13 años! tras conseguir la presea de plata en la prueba de street femenino.
Para contextualizar la magnitud de su juventud, Rayssa Leal nació el 1 de abril de 2008 en Imperatriz. Es decir, tenía apenas cuatro meses y siete días de vida cuando se inauguraron los Juegos Olímpicos de Beijing.
La atleta se introdujo desde muy chica en la práctica del skateboarding. De hecho, en 2015 -a la edad de siete años- se viralizó un video de una joven Leal vestida de hada realizando trucos con su patineta. Las imágenes alcanzaron casi cinco millones de reproducciones en distintas plataformas e incluso fueron compartidas por Tony Hawk, uno de los máximos exponentes de este deporte, quien desde entonces se reconoce fanático de la brasileña.
A su corta edad ya tiene importantes logros como el primer lugar en el Street League Skateboarding Championship de Los Angeles (la más joven en lograrlo), así como también la cuarta posición en su primera aparición en los X Games y el subcampeonato en el Mundial, todos en 2019.
En Tokio 2020 obtuvo una puntuación de 14,64 y estuvo muy cerca de quedarse con la gloria pero falló en su último truco y terminó siendo superada por Momiji Nishiya, también de 13 años. Además, Leal destronó Talita Rodrigues como la brasileña más joven en participar en un Juego Olímpico. Rodrigues fue finalista en el 4x100m estilo libre en Londres 1948 y en ese momento tenía 13 años y 347 días.
Tras conseguir la medalla de plata en Tokio 2020, Leal dejó un contundente mensaje: «Nunca escuché a quienes decían que las chicas no podemos hacer skate. Yo creo que todos los deportes son válidos para chicos y chicas, no hay barreras en los deportes. No creo en las ideas preconcebidas de ese tipo, o que estudiar y hacer skate sean incompatibles».
Por otro lado, aseguró: «Es fantástico estar aquí en Tokio. Cuando vuelva a Brasil lo que primero que haré será decir a mis amigos que lo conseguí, y que todos mis esfuerzos dieron resultado». Y finalizó: «Me gustaría crecer pero seguir siendo una niña. No me gustaría tener demasiada responsabilidad, sino seguir siendo una niña adorable y alegre».